El profesional de Enfermería, como líder del equipo de salud, se ve enfrentado diariamente a distintas situaciones de carácter moral y ético, tanto con su personal, como también los usuarios. Este caso, nos permite observar y meditar, el cómo muchas veces, pese a recibir una instrucción universitaria, olvidamos lo que significa nuestro rol como enfermeros/as, olvidamos nuestras competencias y el juramento que alguna vez realizamos para brindar cuidados de calidad y de manera holística, una atención basada en principios.
Por otra parte, también nos muestra, las competencias que debemos adquirir como estudiantes, pues al enfrentarnos a problemas como este caso, tenemos que saber ser resolutivos con nuestro equipo, modificar conductas, reforzar conceptos, ejercer nuestro liderazgo y autonomía en nuestro quehacer de enfermería. Ser líder de un equipo no significa mandar, reprender, gritar o imponer nuestro pensamiento o postura; sino que significa saber ejercer nuestro rol, ser asertivos y empáticos, recordar que somos educadores en salud, que debemos velar por el bienestar de los usuarios, tratar de ser cada día profesionales que engrandezcan la carrera de enfermería, que jamás olvidemos que la enfermería es primeramente vocación de servicio.
Por otra parte, también nos muestra, las competencias que debemos adquirir como estudiantes, pues al enfrentarnos a problemas como este caso, tenemos que saber ser resolutivos con nuestro equipo, modificar conductas, reforzar conceptos, ejercer nuestro liderazgo y autonomía en nuestro quehacer de enfermería. Ser líder de un equipo no significa mandar, reprender, gritar o imponer nuestro pensamiento o postura; sino que significa saber ejercer nuestro rol, ser asertivos y empáticos, recordar que somos educadores en salud, que debemos velar por el bienestar de los usuarios, tratar de ser cada día profesionales que engrandezcan la carrera de enfermería, que jamás olvidemos que la enfermería es primeramente vocación de servicio.
